Los siguientes 1000 días: una ventana crítica para el desarrollo infantil que México no puede dejar pasar
El 7 y 8 de mayo de 2025, México fue sede del lanzamiento regional de una nueva serie de la revista médica The Lancet “Los siguientes 1,000 días”, que pone el foco en una etapa decisiva del desarrollo de los niños y niñas que de los 2 a los 5 años.

La primera infancia es reconocida como una etapa fundamental para garantizar el desarrollo pleno de las personas. Hasta ahora, gran parte de los esfuerzos internacionales y nacionales se han centrado en los primeros mil días de vida —desde la gestación hasta los dos años—, etapa decisiva para sentar las bases de la salud, el bienestar y el aprendizaje. Sin embargo, una nueva serie de la revista médica The Lancet, publicada en noviembre de 2024, pone el foco en una etapa igual de decisiva: los “siguientes 1,000 días”, es decir, el periodo que va de los 2 a los 5 años.
El 7 y 8 de mayo de 2025, México fue sede del lanzamiento regional de esta serie, organizada por el Centro de Primera Infancia del Tecnológico de Monterrey y Fundación FEMSA, el Pacto por la Primera Infancia A.C., y la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA). Con presentaciones en Ciudad de México y Monterrey, y la participación de dos de las autoras —Milagros Nores y Catherine Draper—. El evento reunió a tomadores de decisión, académicos, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil para colocar en el centro del debate público la atención integral y sostenida a la primera infancia.

¿Por qué son tan importantes estos “siguientes 1000 días”?
La investigación de The Lancet evidencia que, si bien los primeros mil días han recibido una mayor atención debido a su estrecha relación con el sistema de salud, el acompañamiento tiende a disminuir entre los 2 y 5 años, justo cuando las niñas y los niños continúan desarrollando habilidades esenciales para su futuro. Es en esta etapa cuando se consolidan funciones cognitivas, emocionales y sociales que tendrán un impacto directo en su desempeño escolar, su salud mental y física, y su integración social a lo largo de la vida.
La serie destaca que una atención adecuada durante este periodo puede reducir significativamente los efectos negativos de la pobreza, la desigualdad y la violencia, y al mismo tiempo potenciar trayectorias saludables de desarrollo. Esto implica un llamado urgente a mantener y reforzar las intervenciones más allá de los dos años de edad, mediante programas de crianza, cuidado, nutrición, transferencias monetarias y educación temprana, articulados entre los sectores de salud, educación y protección.

La realidad en México: una deuda pendiente con la infancia
En México, las niñas y niños de entre 0 y 5 años representan el 10% de la población. Sin embargo, sólo el 44% accede a servicios de cuidado, educación inicial o preescolar, de acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados 2022. Esta baja cobertura refleja una brecha preocupante en un periodo clave del desarrollo, especialmente entre los 2 y 5 años, cuando el acceso a servicios tiende a ser aún más limitado.
A nivel global, la situación no es mejor: sólo el 29.9% de los niños en países de ingresos bajos y medios reciben cuidado cariñoso y sensible durante esta etapa. La pobreza, el género y la ubicación geográfica son factores que agravan la exclusión. En estos contextos, las niñas y niños que sí reciben apoyo tienen una ventaja de hasta dos años en su desarrollo frente a quienes no lo tienen.
Invertir con inteligencia: alto retorno social y económico
Una de las conclusiones más contundentes de la serie es que invertir en programas de cuidado y educación en los siguientes 1,000 días no solo es una cuestión de justicia social, sino también de eficiencia económica. Por cada peso invertido, se estima un retorno de entre 8 y 19 veces su valor, gracias a la reducción de desigualdades, mejores resultados escolares, menor criminalidad y mayor productividad a lo largo del ciclo de vida.
A pesar de ello, las intervenciones más robustas en esta etapa se han implementado en países de ingresos altos, mientras que sólo el 5% de las intervenciones documentadas han tenido lugar en países de ingresos bajos o medios, como México. Esto refuerza la urgencia de adaptar, escalar e implementar políticas públicas basadas en evidencia científica que respondan a las necesidades reales de la infancia mexicana.

Un momento decisivo para México
La presentación de esta nueva serie de The Lancet llega en un momento clave para México. Con una agenda social en redefinición, el país tiene la oportunidad de consolidar un enfoque integral de atención a la primera infancia que no termine a los dos años, sino que se extienda hasta los cinco años. Instituciones como el Pacto por la Primera Infancia y el Centro de Primera Infancia del Tecnológico de Monterrey están decididas a articular esfuerzos científicos, ciudadanos, empresariales y gubernamentales para avanzar en esa dirección.
Desde la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI), lanzada en 2020, México ha dado pasos importantes. Pero aún falta garantizar que niñas y niños accedan efectivamente a servicios de calidad, con énfasis en quienes viven en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Hacia una política pública basada en evidencia
La evidencia presentada en The Lancet fortalece la necesidad de una política pública sostenida, sensible y coordinada. Esta debe priorizar:
- La mejora de la calidad del cuidado y la educación inicial.
- El fortalecimiento de capacidades de las personas cuidadoras.
- La integración de servicios entre los sectores de salud, educación y protección.
- La generación y uso de evidencia científica nacional para orientar las decisiones de política.
En 2023, HABLA presentó El estado de la educación en México—un reporte que, con base en evidencia, reseñó los desafíos que enfrenta la educación en México. Entre los principales hallazgos de esta investigación está el de resolver la brecha de acceso y cobertura, enfocándose principalmente en educación inicial.
En 2024, en alianza con CO_Plataforma, se convocó a más de 100 expertos y actores clave de todo el país para identificar áreas de intervención colectiva que permitan enfrentar estos desafíos. El objetivo es co-crear un cambio sistémico a través de caminos de transición en los que podamos avanzar juntos, aprovechando nuestras estrategias organizacionales y trayectorias profesionales.
En este reporte, la atención y cuidado a primera infancia se destacó como el punto de palanca más relevante para incidir colectivamente, así como desde el ecosistema de innovación e inversión de impacto, con el fin de ofrecer mayor acceso y cobertura a una educación de calidad.
Es por esto que desde HABLA celebramos el lanzamiento de la serie The Lancet, porque ofrece soluciones viables, basadas en evidencia sólida. México tiene la capacidad técnica, institucional y financiera para responder a este desafío. El reto es político y de voluntad colectiva. Se necesita una acción decidida para construir un sistema nacional de cuidados desde la primera infancia, ampliar la cobertura con equidad, profesionalizar a quienes cuidan, y vincular los sistemas de salud, educación y protección de forma integral y continua.
En pocas palabras: no podemos seguir considerando la primera infancia como un capítulo cerrado al cumplir dos años. Los siguientes 1,000 días son una ventana de oportunidad que exige continuidad, inversión y sensibilidad. Aprovecharlos no solo transformará las vidas de niñas y niños, sino que definirá el tipo de sociedad que queremos construir: más justa, más igualitaria y más humana.