La Unesco propone incluir en la enseñanza las habilidades socioemocionales
Según dos expertas de la oficina regional para América Latina y el Caribe de la Unesco las aulas son un lugar privilegiado para practicar la empatía y desarrollar las habilidades socioemocionales.

La Unesco reunió a educadores de diversos países latinoamericanos, incluido México, en un seminario virtual en el que dos expertas de la oficina regional para América Latina y el Caribe llamaron a los docentes a profundizar en el impacto de las habilidades socioemocionales (HSE) en el proceso de aprendizaje de los alumnos.
Según Isidora Cortese, sicóloga especialista en convivencia escolar y aprendizaje socioemocional, y Violeta Meyer Romero, especialista en desarrollo de material didáctico, “La escuela es un espacio privilegiado para el aprendizaje de las HSE, pero no todos los docentes tienen una noción concreta sobre ellas”. Sólo 27 por ciento de los maestros en la región tienen idea clara de las HSE que se deben impartir.
Para la UNESCO las HSE conforman el repertorio de capacidades que las personas pueden desarrollar a lo largo de la vida y que determinan su aptitud para conectar y comprender las propias emociones, pensamientos y conductas. Además, implica vincularse y comprender emociones, pensamientos y conductas de los otros y desenvolverse en un determinado contexto de manera adaptativa.
Las especialistas destacaron que las HSE pueden ser modeladas, promovidas y practicadas en el aula y pueden comenzarse a adquirir a partir del primer año de vida para ser consolidadas durante la adolescencia en un proceso de enseñanza constante.
Hay una enorme diversidad de modelos sobre cómo enseñar estas habilidades, esto implica que pueden aplicarse diferentes enfoques teóricos para que los maestros puedan elegir el que se adapte mejor a su contexto, perfil o edades de sus estudiantes. La propuesta metodológica de la UNESCO reconoce tres dimensiones de las HSE:
La individual: implica conectar con el mundo emocional propio y autorregular nuestra conducta.
La interpersonal: incluye expresar e interpretar adecuadamente la información de las otras personas y hacia nosotros mismos.
La Cognitiva: que conlleva el razonamiento y el procesamiento de la información: memoria, pensamiento crítico y creatividad, entre otros.
Otro enfoque interesante es el que propone el proyecto Colaboración para el Aprendizaje Académico, Social y Emocional (CASEL), que ha identificado cinco competencias cognitivas, afectivas y conductuales imprescindibles para desarrollar estas habilidades en los jóvenes.
Consciencia de sí mismo: es la capacidad de reconocer las emociones y pensamientos, y saber cómo influyen en el comportamiento personal. Implica identificar las emociones, tener una correcta autopercepción, confianza en sí mismo, reconocer fortalezas y eficiencia personal.
Autogestión: es la capacidad de regular las emociones, pensamientos y comportamientos de manera efectiva en diferentes situaciones y contextos. Implica manejar el estrés, motivarse a sí mismo, trabajar hacia las metas personales y académicas, así como la autorregulación emocional y la disciplina personal.
Toma de decisiones responsable: es la capacidad de tomar decisiones constructivas y respetuosas en lo que respecta al comportamiento personal y la interacción social.
Consciencia social: es la capacidad de entender y respetar el punto de vista de los demás y de aplicar esto a interacciones sociales con personas de diferentes ámbitos. Implica practicar la empatía, el respeto hacia los demás y el aprecio a la diversidad.
Habilidades de relación: están dirigidas hacia la capacidad para establecer y mantener relaciones gratificantes con amigos, familiares, personas significativas y otros pertenecientes a diferentes ámbitos