Hablemos de género y STEM en la educación

Emma Näslund-Hadley, especialista principal en educación del BID, presentó una charla que aborda las brechas de género en el aprendizaje y la participación de mujeres en STEM en América Latina. Explicó que en la educación preescolar, las niñas suelen superar a los varones en habilidades matemáticas  debido a su desarrollo temprano en el lenguaje, lo que les permite captar mejor las instrucciones. Sin embargo, esta ventaja desaparece con el tiempo y, a los 15 años, según los resultados de la prueba internacional PISA, América Latina tiene la brecha de género más pronunciada en STEM a nivel mundial.

Emma destacó que esta brecha importa porque, a diferencia de la brecha en lenguaje que tiende a cerrarse, la de STEM se amplía, impactando directamente la participación de las mujeres en carreras relacionadas con estas disciplinas. En muchos países de la región, las mujeres están sobrerepresentadas en áreas como educación y cuidado, pero subrepresentadas en carreras de ingeniería y tecnologías de comunicación, que son las que ofrecen mayores ingresos. Esto contribuye a la brecha salarial de género, ya que las mujeres reciben menores rendimientos por sus habilidades en STEM en comparación con los hombres.

La especialista enfatizó que los prejuicios de género, que se desarrollan desde la infancia hasta la adolescencia, juegan un rol clave en esta problemática. Estos prejuicios son influenciados por diferentes capas, desde lo individual hasta lo social. Por ejemplo, las niñas suelen desarrollar un bajo sentido de pertenencia en STEM, lo que las lleva a autoexcluirse de actividades asociadas con estas áreas. Esto puede ser reforzado por prácticas pedagógicas en la escuela, donde a menudo los docentes tratan de manera diferenciada a niñas y niños, incluso de forma inconsciente. 

Para abordar estas brechas, Emma subrayó la importancia de implementar intervenciones que fomenten la participación de niñas en STEM, como programas educativos y el uso de tecnologías para contar historias inspiradoras sobre mujeres en estas áreas. También destacó la necesidad de cambiar la pedagogía, enfocándose menos en memorizar contenidos y más en desarrollar habilidades clave y pensamiento crítico. Según Emma, esto no solo fomentaría el interés en STEM, sino que también ayudaría a desarrollar habilidades socioemocionales como el trabajo en equipo y la colaboración, esenciales para la educación en general.