Innovación y género en la Educación: claves para transformar el futuro en países en desarrollo.
A pesar de los avances en la educación en los países en desarrollo los retos persisten, especialmente en la educación de niñas y en la integración de innovación y tecnología en las escuelas. Analizamos las soluciones y los pasos necesarios para lograr un cambio real.
La educación es un derecho humano fundamental y un pilar clave en el desarrollo de las personas y las sociedades. Sin embargo, aún hoy en día, existen muchos desafíos que enfrenta la educación en el mundo, especialmente en los países en desarrollo.
En primer lugar, el acceso a la educación sigue siendo un problema en muchas partes del mundo.
Según la UNESCO, más de 250 millones de niños y niñas no están escolarizados, y la mayoría de ellos viven en países en desarrollo. Además, las niñas son las más afectadas por este problema, ya que en algunos países, solo el 60% de las niñas asisten a la escuela primaria. La falta de acceso a la educación no solo afecta el desarrollo personal y social de los niños y niñas, sino que también impacta negativamente en el desarrollo sostenible de los países.
En segundo lugar, la calidad de la educación es otro desafío importante que enfrenta la educación en el mundo.
Aunque muchos países han logrado aumentar el acceso a la educación, la calidad de la educación sigue siendo baja en muchos de ellos. Según el Informe PISA 2022, que evalúa los sistemas educativos de los países de la OCDE y otros países participantes, los estudiantes de los países en desarrollo obtienen resultados significativamente más bajos que los estudiantes de los países desarrollados. Además, la falta de habilidades básicas como la lectura, la escritura y el cálculo sigue siendo un problema en muchos países, lo que afecta el desempeño de los estudiantes en el mercado laboral.
En tercer lugar, la innovación en la educación es una herramienta clave para mejorar la calidad de la educación.
De acuerdo con el Banco Mundial, las tecnologías de la información y la comunicación en el aula, por ejemplo, puede ayudar a personalizar la educación, a adaptarla a las necesidades de cada estudiante, y a mejorar los procesos de aprendizaje. Nuevas metodologías de enseñanza, como el aprendizaje basado en proyectos o el aprendizaje colaborativo, también pueden mejorar el compromiso y la motivación de los estudiantes. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas herramientas, es necesario que las y los docentes reciban un acompañamiento constante y una formación continua en el uso de la tecnología y en nuevas metodologías de enseñanza.
En cuarto lugar, la educación superior también enfrenta desafíos importantes en el mundo.
Aunque el número de estudiantes que se gradúan de la educación superior ha aumentado en los últimos años, la calidad de la educación sigue siendo baja en muchos países. El Banco Mundial estima que actualmente hay 222 millones de estudiantes matriculados en educación superior, lo cual demuestra un aumento significativo comparado con los 100 millones de estudiantes universitarios con los que se contaba en el año 2000. Además, la brecha entre la oferta y la demanda de habilidades en el mercado laboral sigue siendo un problema, lo que dificulta la inserción laboral de los graduados.
En quinto lugar, la educación y el género están estrechamente relacionados.
Aunque se han logrado avances en la igualdad de género en la educación, aún existen diferencias en el acceso y la calidad de la educación entre hombres y mujeres. Las niñas siguen siendo las más afectadas por la falta de acceso a la educación, especialmente en los países en desarrollo. UNICEF estima que alrededor del mundo, hay 129 millones de niñas y mujeres sin escolarizar, de las cuales 32 millones están en edad de cursar la primaria, 30 millones en edad de cursar la secundaria y 67 millones en edad de cursar el bachillerato. Además, las mujeres siguen estando subrepresentadas en los niveles más altos de la educación y en los campos de estudio relacionados con las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Finalmente, la educación y la migración y el desplazamiento también están relacionados. Cada año, miles de estudiantes migran a otros países, lo que puede tener impactos positivos y negativos en los sistemas educativos y en la sociedad en general. Como plantea la UNESCO, la migración y el desplazamiento interactúan con la educación y afectan a quienes se mudan, a quienes se quedan en los países de origen y a quienes les reciben en los países de destino. La migración internacional afecta sobre todo a los países de mayores ingresos –en donde los inmigrantes representan el 15% de la población estudiantil–, pero también afecta a los países de origen –quienes pierden a alrededor de una quinta parte de sus nacionales mejor calificados–. La educación puede ser una herramienta clave para la integración de los migrantes, pero también puede generar desafíos en términos de acceso y calidad de la educación.
En conclusión, la educación en el mundo enfrenta desafíos importantes, especialmente en los países en desarrollo. El acceso y la calidad de la educación siguen siendo problemas importantes, y la innovación en la educación, la educación superior, la educación y el género, y la educación y la migración son áreas clave que requieren atención y acción. Es necesario que los gobiernos, las organizaciones internacionales, las instituciones educativas y la sociedad en general trabajen juntos para garantizar que todos tengan no sólo acceso a una educación de calidad, sino que aborden las problemáticas específicas que cada uno de estos desafíos conlleva.