Rechazan prohibición total de celulares en escuelas de Gales
En lugar de una prohibición generalizada, se recomendó que las escuelas reciban más apoyo para establecer sus propias reglas.
El gobierno de Gales ha rechazado la petición de prohibir por completo el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas. Una investigación del Comité de Peticiones del Senedd concluyó que, aunque los celulares pueden causar daño, también tienen beneficios en la seguridad y bienestar de los jóvenes.
La petición, firmada por más de 3 mil personas, buscaba restringir el uso de teléfonos en todas las escuelas galesas, salvo en situaciones excepcionales. Sin embargo, el informe del comité destacó que la relación entre los jóvenes y sus dispositivos es compleja. Hay casos en los que los celulares pueden ser perjudiciales, pero también existen circunstancias en las que su uso es fundamental, como en estudiantes con condiciones médicas.
Argumentos a favor de la prohibición
Quienes apoyan la prohibición total argumentan que los celulares pueden distraer a los alumnos y fomentar el ciberacoso. También citan estudios que indican que el uso excesivo de teléfonos y redes sociales afecta negativamente el sueño, la salud mental y el desempeño académico. Para algunos, la mejor solución es limitar el acceso a los dispositivos durante la jornada escolar para promover la concentración y mejorar la convivencia en el aula.
Además, hay preocupación por la falta de coherencia en las normas actuales. Algunas escuelas permiten el uso de teléfonos bajo ciertas condiciones, mientras que otras tienen restricciones más severas. Para los promotores de la prohibición, esto genera desigualdad y confusión entre estudiantes y padres.

Argumentos en contra de la prohibición
Por otro lado, quienes rechazan la prohibición total consideran que los teléfonos pueden ser herramientas valiosas para el aprendizaje y la seguridad de los alumnos. Algunos estudiantes dependen de sus dispositivos para monitorear condiciones médicas, como la diabetes. Además, los celulares permiten a los jóvenes mantenerse en contacto con sus familias en caso de emergencia.
También se argumenta que una prohibición estricta no resolverá el problema. En lugar de dejar de usarlos, los estudiantes podrían esconder sus dispositivos, dificultando aún más su regulación. Algunos expertos sugieren que la clave no es eliminar los celulares, sino enseñar a los jóvenes a usarlos de manera responsable.

El debate sobre el uso de teléfonos en las escuelas refleja un desafío mayor: encontrar el equilibrio entre integrar la tecnología en la educación y evitar sus efectos negativos. Mientras los estudios no muestran mejoras significativas en el rendimiento académico tras una prohibición, sí sugieren que el tiempo de pantalla excesivo puede afectar la salud mental y el bienestar de los estudiantes.
Por ello, en lugar de una prohibición absoluta, es necesario desarrollar estrategias que regulen su uso de manera efectiva. La educación digital y la supervisión adecuada podrían ser la clave para garantizar que los teléfonos sean aliados del aprendizaje en lugar de una distracción.