Estrategias efectivas para formular mejores preguntas en el aula
Aprender a hacer preguntas más efectivas no solo mejora la enseñanza, sino que también motiva a los estudiantes a pensar de manera crítica y creativa.
Hacer las preguntas adecuadas en el aula puede marcar la diferencia entre una discusión superficial y un aprendizaje profundo. Las preguntas que formulamos influyen en la manera en que los estudiantes procesan la información, se involucran con los temas y construyen su propio conocimiento.
La ciencia de hacer mejores preguntas
Investigaciones en psicología cognitiva sugieren que las preguntas moldean nuestro pensamiento. Este fenómeno, conocido como el efecto pregunta-conducta, indica que nuestro cerebro comienza a trabajar automáticamente para responder cualquier pregunta que se le plantee. Por ejemplo, si un estudiante se pregunta "¿Por qué soy malo en matemáticas?", su mente buscará razones que confirmen esa creencia. En cambio, una pregunta como "¿Cómo puedo mejorar en matemáticas?" dirige el pensamiento hacia soluciones y estrategias de aprendizaje.
David Cooperrider, líder en Indagación Apreciativa, señala que "las personas y las organizaciones se mueven en la dirección de las preguntas que formulan". En el aula, esto significa que los docentes pueden guiar el aprendizaje de sus estudiantes mediante preguntas bien estructuradas.
Tres estrategias para mejorar las preguntas en el aula

1. Reformular preguntas centradas en el problema hacia preguntas centradas en las posibilidades
Muchas veces, las preguntas en el aula están orientadas a identificar errores o deficiencias. Si bien la reflexión sobre los errores es valiosa, cambiar el enfoque hacia el potencial y las fortalezas fomenta una mentalidad de crecimiento en los estudiantes.
En lugar de preguntar: "¿Por qué no terminaste la tarea?", pregunta: "¿Qué te ayudó a completar las partes que sí hiciste?".
Este cambio en la formulación ayuda a los estudiantes a enfocarse en sus progresos y a encontrar estrategias para mejorar.
2. Hacer preguntas más precisas para obtener respuestas más claras
Las preguntas vagas pueden generar confusión y respuestas poco elaboradas. Hacer preguntas específicas y bien estructuradas permite a los estudiantes profundizar en sus respuestas.
En lugar de preguntar: "¿Cuál es el tema de este capítulo?", pregunta: "¿Cómo se relaciona este capítulo con la idea del sueño americano en la novela?".
Las preguntas precisas ayudan a reducir malentendidos, fomentan el pensamiento crítico y aclaran los objetivos de aprendizaje.
3. Utilizar preguntas reflexivas para fomentar un pensamiento más profundo
Las preguntas abiertas invitan a los estudiantes a reflexionar y a conectar ideas de manera significativa. En lugar de buscar una única respuesta correcta, estas preguntas estimulan la exploración y el análisis personal.
En lugar de preguntar: "¿Te gustó el libro?", pregunta: "¿Qué parte del libro te resonó más y por qué?".
Incorporar preguntas reflexivas en el aula promueve el desarrollo del pensamiento crítico y el aprendizaje significativo.
Las preguntas no solo sirven para evaluar el conocimiento, sino que también pueden ser herramientas poderosas para inspirar el aprendizaje y la creatividad. Reformular preguntas con un enfoque positivo, hacerlas más precisas y fomentar la reflexión son estrategias que transforman la experiencia educativa.
Los docentes que adoptan estas estrategias pueden notar una mayor participación y una actitud más comprometida por parte de sus estudiantes. Cuando los educadores formulan mejores preguntas, crean un ambiente donde la curiosidad y el pensamiento crítico florecen, ayudando a los estudiantes a descubrir su propio potencial.