Descubrir la magia de las matemáticas desde el preescolar
Las matemáticas están presentes en la vida diaria. Fomentarlas desde preescolar fortalece el pensamiento lógico y crítico, y ayuda a crear una relación positiva con esta disciplina desde los primeros años.
Las matemáticas están en todas partes: en la naturaleza, en los juegos, en las rutinas cotidianas. Inculcar el gusto por esta disciplina desde el preescolar no solo mejora las habilidades numéricas de los niños, sino que sienta las bases para el pensamiento lógico, la resolución de problemas y el análisis crítico. Sin embargo, más allá de aprender a contar o identificar números, es fundamental cultivar una relación positiva y significativa con las matemáticas desde los primeros años escolares.
Para lograrlo, lo primero es ampliar nuestra noción de lo que son las matemáticas. No se trata únicamente de operaciones o cálculos, sino de comprender patrones, cantidades, relaciones y datos. Un enfoque más amplio y lúdico puede despertar el entusiasmo incluso en los docentes que, como muchos, alguna vez dijeron “no soy bueno en matemáticas”. Cambiar esa narrativa personal es clave: si los adultos se relacionan con los números con curiosidad y entusiasmo, los niños también lo harán.

Una de las estrategias más efectivas en el aula de preescolar es trabajar el concepto de conservación. Inspirado por los estudios de Piaget, este concepto se puede abordar con actividades sencillas: alinear cinco juguetes y luego cambiar su disposición para que los niños reflexionen sobre si la cantidad cambió. Aunque parezca básico, este tipo de ejercicios los prepara para ideas más complejas como la medición o la comparación de cantidades.
Otra forma divertida y significativa de acercarse a las matemáticas es a través de conjuntos de datos. Una práctica útil es proponer una “Pregunta del Día” y permitir que los alumnos coloquen su fotografía en una gráfica de barras según su respuesta. Por ejemplo: “¿Cuál fue tu libro favorito esta semana?” o “¿Te gusta más la pizza o los tacos?”. Con este material visual se pueden generar conversaciones sobre los datos: ¿Por qué una opción tiene más votos? ¿Qué significa una barra vacía? ¿Qué nos dice eso sobre el grupo?
Además, estas actividades permiten introducir la idea de que los datos cuentan una historia, pero no siempre toda la historia. Este pensamiento crítico, aunque básico, es una poderosa herramienta que se puede trabajar desde los primeros años escolares.
Al fomentar el análisis, la reflexión y la conexión emocional con las matemáticas, los docentes de preescolar no solo están enseñando números. Están sembrando la semilla de una relación positiva y duradera con esta disciplina. Porque si un niño descubre que puede encontrar belleza en un gráfico o lógica en un conjunto de bloques, está mucho más cerca de convertirse en un adulto que se siente cómodo, curioso y capaz frente a los desafíos matemáticos del mundo real.