Cómo captar y mantener la atención en clases de primaria
Adoptar estas estrategias no solo ayuda a mantener la atención durante la clase: transforma la experiencia de aprender. Al incorporar variedad, sorpresa y emoción al inicio de cada lección, se fortalece la conexión de los niños con el conocimiento.

En los primeros años escolares se sientan las bases del aprendizaje, por eso es fundamental que los niños se mantengan atentos y motivados en clase. Sin embargo, lograrlo puede ser un reto para los docentes. Las aulas están llenas de estudiantes con diferentes intereses, niveles de desarrollo y energía en abundancia. En este contexto, captar su atención no es cuestión de suerte: es una habilidad que se puede desarrollar con estrategias concretas.
El investigador Robert Gagné, experto en diseño instruccional, proponía comenzar cada lección con un "gancho didáctico", un estímulo que despierte el interés del grupo y marque el tono de la clase. Este enfoque parte del principio de que, si los estudiantes no están atentos, el aprendizaje simplemente no ocurre. A partir de esta idea, se han desarrollado múltiples técnicas que combinan lo visual, lo auditivo, lo interactivo y lo ambiental para atraer la atención de los más pequeños.
Entre los ganchos visuales más efectivos se encuentran los videoclips relacionados con el contenido de la clase y los libros ilustrados que se exploran en voz alta, creando suspenso y generando preguntas. También se recomienda utilizar fotografías, dibujos o imágenes llamativas para motivar el debate y despertar la curiosidad.
En cuanto a los ganchos interactivos, destacan dinámicas como La Bolsa Misteriosa, donde los alumnos adivinan el objeto escondido mediante preguntas, o el juego ¿Cuál no pertenece?, que estimula la observación y el razonamiento. Estas actividades fomentan la participación activa y promueven el trabajo colaborativo desde los primeros minutos de la lección.
Los ganchos auditivos, como canciones educativas, rimas, chistes o adivinanzas, también son aliados poderosos. Pueden ayudar a introducir conceptos complejos de forma divertida y memorable, especialmente en materias como matemáticas, ciencias o lectura.
Finalmente, los elementos ambientales del aula pueden ser ganchos por sí mismos. Desde mensajes escritos en la pizarra al entrar, hasta el uso de títeres, peluches o materiales impresos como logotipos y señales, todo puede convertirse en un punto de partida para enganchar a los estudiantes.
Adoptar estas estrategias no solo ayuda a mantener la atención durante la clase: transforma la experiencia de aprender. Al incorporar variedad, sorpresa y emoción al inicio de cada lección, se fortalece la conexión de los niños con el conocimiento. Y más allá del contenido, se les transmite la idea de que aprender puede —y debe— ser algo estimulante, cercano y significativo.