Avances y desafíos en la educación de las mujeres en el mundo
La educación de las mujeres no solo es un derecho humano, sino también una inversión clave para el desarrollo global y la igualdad de género.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha clave para reflexionar sobre los avances y los retos en la educación de las mujeres. En las últimas dos décadas, se han logrado mejoras significativas gracias a un mayor compromiso global. Según la UNESCO, actualmente hay más mujeres matriculadas en educación superior que hombres a nivel mundial, lo que refleja un progreso en el acceso a la educación. Sin embargo, persisten desafíos importantes, especialmente en regiones donde las niñas enfrentan barreras estructurales para completar su formación.
Uno de los mayores logros ha sido la reducción de la brecha de género en la escolarización. En 1995, la Plataforma de Acción de Beijing instó a los países a eliminar la discriminación en la educación, y hoy, 105 naciones prohíben constitucionalmente la exclusión de las niñas en el ámbito educativo. Además, se ha comprobado que la educación de las mujeres tiene un impacto positivo en sus comunidades: una mujer educada tiende a tener mejor salud, mayor autonomía económica y más oportunidades laborales.
A pesar de estos avances, aún hay focos de exclusión preocupantes. En países como Afganistán y varias naciones africanas, millones de niñas siguen sin acceso a la educación debido a factores como la pobreza, el matrimonio infantil y las normas de género discriminatorias. En algunos países africanos, más de la mitad de las niñas en edad escolar están fuera del sistema educativo. En estas regiones, la escolarización tardía y la presión para casarse antes de completar la educación secundaria siguen siendo obstáculos persistentes.

Otro gran desafío es la baja representación de mujeres en las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Aunque cada vez más niñas acceden a la educación, persisten los estereotipos de género que desincentivan su interés en estas áreas. Según el informe TIMSS 2019, en el 87% de los sistemas educativos evaluados, los niños mostraban mayor inclinación hacia carreras científicas que las niñas. En educación superior, sólo el 35% de los estudiantes en programas STEM son mujeres, lo que limita sus oportunidades en sectores con alta demanda laboral y mejores remuneraciones.
Para cerrar estas brechas, es fundamental que los gobiernos y la sociedad sigan invirtiendo en la educación de las mujeres. Esto incluye garantizar acceso equitativo a la educación en todas las etapas, promover políticas que eliminen las barreras de género y fomentar la participación de niñas y mujeres en disciplinas STEM. La educación de las mujeres no solo es un derecho humano, sino también una inversión clave para el desarrollo global y la igualdad de género.