Australia planea limitar uso de redes sociales a niños
El gobierno de Australia ha anunciado sus planes para establecer una edad mínima de entre 14 y 16 años para que los niños puedan usar redes sociales, como parte de un esfuerzo por mitigar los riesgos asociados con el uso excesivo de estas plataformas.
Regular el uso de las redes sociales en los niños es una medida impulsada por el primer ministro de Australia Anthony Albanese y su gobierno de centroizquierda, busca proteger la salud mental y física de los menores, en un contexto en el que el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales ha crecido exponencialmente en la sociedad australiana. Actualmente, el 80% de los 26 millones de habitantes de Australia están activos en redes sociales, y tres cuartas partes de los jóvenes entre 12 y 17 años utilizan plataformas como YouTube o Instagram, según un estudio de la Universidad de Sydney.
Albanese ha subrayado su deseo de ver a los niños "fuera de sus dispositivos y en los campos de fútbol", destacando que el acceso temprano a las redes sociales puede tener efectos negativos sobre el bienestar infantil. Sin embargo, esta propuesta ha generado una fuerte controversia. Si bien muchos padres apoyan la medida, preocupados por la influencia de las redes en el desarrollo de sus hijos, los defensores de los derechos digitales y algunos expertos en salud mental han expresado preocupaciones sobre las posibles consecuencias no deseadas de una prohibición tan amplia.
Los argumentos a favor de la medida se centran principalmente en la protección de los menores frente a los riesgos que suponen las redes sociales. Investigaciones han señalado que el uso excesivo de estas plataformas puede afectar negativamente la autoestima, fomentar comparaciones sociales perjudiciales y aumentar los casos de ciberacoso. Además, el acceso sin supervisión a contenidos no adecuados para su edad puede tener un impacto grave en el desarrollo emocional y psicológico de los jóvenes.

Por otro lado, los críticos de la propuesta, como la Fundación Alannah & Madeline, señalan que la prohibición podría ser contraproducente. Aumentar la edad mínima para el uso de redes sociales podría llevar a que los jóvenes busquen alternativas no reguladas o accedan a plataformas bajo perfiles falsos, exponiéndose a mayores riesgos. Sarah Davies, directora ejecutiva de la fundación, advirtió que la medida es "irrelevante" en cuanto a la protección real de los niños en línea, y que es probable que aumente la clandestinidad de comportamientos peligrosos. En su opinión, la solución pasa por una regulación más estricta de las empresas tecnológicas, enfocada en proteger la privacidad de los usuarios jóvenes y garantizar que las plataformas adopten configuraciones de seguridad adecuadas desde el principio.
En resumen, aunque el plan del gobierno australiano busca proteger a los menores, su implementación debe tener en cuenta las posibles repercusiones. Equilibrar la protección infantil con la libertad digital y la inclusión en la era de internet sigue siendo un desafío complejo.