¿Aliada o Reto? La IA en el Aprendizaje a Largo Plazo
La IA generativa, como GPT-4, puede transformar la educación al mejorar resultados a corto plazo, pero su uso inadecuado puede obstaculizar el aprendizaje profundo, según un estudio reciente.
La inteligencia artificial (IA) está transformando nuestra manera de aprender, trabajar y resolver problemas. Específicamente, la IA generativa como GPT-4 promete revolucionar la educación al facilitar la adquisición de conocimientos y habilidades. Sin embargo, su impacto en el aprendizaje a largo plazo no es completamente positivo, según un estudio reciente titulado “Generative AI Can Harm Learning” por Hamsa Bastani y colegas. Este estudio analizó cómo la IA puede tanto potenciar como obstaculizar el aprendizaje humano, dependiendo de cómo se implemente.
El experimento: IA en clases de matemáticas

El estudio involucró a casi 1,000 estudiantes de secundaria de noveno a undécimo grado. Los investigadores diseñaron dos versiones de tutores basados en GPT-4: GPT Base, que funciona como una interfaz estándar de ChatGPT, y GPT Tutor, que incluye salvaguardas para promover el aprendizaje activo. Ambos tutores cubrieron aproximadamente el 15% del plan de estudios de matemáticas.
Los resultados iniciales fueron prometedores. Durante las sesiones de práctica, los estudiantes que usaron GPT-4 obtuvieron mejores resultados que aquellos que estudiaron por métodos tradicionales: un 48% más para GPT Base y un 127% más para GPT Tutor. Sin embargo, cuando se les retiró el acceso a la IA, los estudiantes que dependieron de GPT Base tuvieron un rendimiento significativamente menor en las evaluaciones posteriores, con una caída del 17% en comparación con quienes usaron métodos tradicionales. Este efecto negativo fue menos pronunciado entre los estudiantes que usaron GPT Tutor, gracias a sus salvaguardas diseñadas para fomentar habilidades críticas en lugar de simplemente proporcionar respuestas.
IA como herramienta, no como atajo

El estudio resalta una paradoja clave en el uso de la IA: aunque puede mejorar los resultados a corto plazo, también puede desalentar el aprendizaje profundo si se convierte en una “muleta” para los estudiantes. Este hallazgo subraya la importancia de diseñar herramientas de IA que promuevan la reflexión, el pensamiento crítico y la resolución activa de problemas.
En el ámbito educativo, la implementación de la IA debe hacerse con cautela. Es fundamental encontrar un equilibrio donde la tecnología complemente la enseñanza sin reemplazar el esfuerzo necesario para adquirir habilidades duraderas. La IA no debe ser vista como una amenaza para los docentes, sino como una herramienta para potenciar sus prácticas. Al integrar la IA de manera efectiva, podemos transformar la educación para que sea más accesible y efectiva, sin comprometer la calidad del aprendizaje a largo plazo.