Inclusión financiera con perspectiva de género, una tarea aún pendiente
Grupo Financiero Multiva presenta esta reflexión sobre la importancia de cerrar la brecha de género para que las mujeres accedan a servicios y productos financieros que mejoren su calidad de vida.
La perspectiva de género en la educación financiera permite entender que aún existen brechas para que las mujeres accedan a los servicios y productos financieros. La inclusión financiera ayuda a las mujeres a mejorar su bienestar económico y social al tener acceso a una cuenta bancaria, a servicios de pago y ahorro, seguros y crédito.
En México las mujeres tienen menos oportunidades que los hombres para acceder a productos y servicios financieros como el ahorro, créditos, seguros y pensiones, lo cual limita sus posibilidades de planificar su economía personal y familiar, atender emergencias inesperadas o realizar inversiones. Las mujeres tienen menos participación que los
hombres para adquirir algún producto financiero, tener acceso al crédito, contar con al menos un seguro, y tener una cuenta de ahorro para el retiro. De cada 10 mujeres en México, solo 4 cuentan con un medio de ahorro formal y solo 2 tienen la protección financiera de un seguro privado.
En el Global Findex, una base de datos elaborada por el Banco Mundial, que presenta estadísticas sobre la situación global de la inclusión financiera, se reporta que cada vez más mujeres abren cuentas bancarias en México. Sin embargo, la brecha de género aún persiste, ya que en México aproximadamente 1 de cada 3 mujeres tiene una cuenta en una institución financiera formal, en comparación con los hombres, donde 2 de cada 3 tienen una cuenta bancaria.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, elaborada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 65% de las mujeres mayores de 18 años cuenta con algún producto financiero, mientras en el caso de los hombres es del 72%. Esta diferencia de 7 puntos porcentuales entre mujeres y hombres, que aunque aparentemente no es muy grande, al desagregar a nivel producto, se amplía de manera importante: en cuentas bancarias el 20% son de mujeres y el 46% de hombres; en cuentas para el retiro el 35% son de mujeres y el 49% de hombres; en algún tipo de seguro el 17% son de mujeres y el 28% de hombres.
Según ENIF 2021, solamente 37.2% de las mujeres lleva un presupuesto o registra sus ingresos y gastos. Asimismo, 22.8% de las mujeres no ahorra, y de las que ahorran 15% lo hace de manera formal, 31.4% ahorra a través de medios informales y 30.9% utiliza ambas formas de ahorro.
Las mujeres en una mayor medida no tienen acceso a la información y herramientas que les ayudan a fortalecer sus capacidades financieras, mayor involucramiento en la toma de decisiones en relación con el dinero y un empoderamiento en beneficio de su desarrollo personal, familiar, profesional y comunitario. Los datos de la encuesta señalan que sólo 7% de las mujeres ha tomado algún curso sobre cómo ahorrar, hacer un presupuesto o el uso responsable del crédito.
Esto se debe en gran medida a la brecha salarial, ya que solo el 40.6% de la población femenina participa en el mercado laboral formal. La mayoría realiza actividades económicas no remuneradas. Además, se considera que las mujeres están al frente del 84% de los hogares monoparentales. Según el Gender and Diversity Sector Framework, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (2022), las mujeres latinoamericanas tienden a recibir 29% menos ingresos que los hombres. Esta disparidad puede atribuirse a diversos factores, entre los que resaltan: una participación menor de las mujeres en el mercado laboral formal, la precariedad de sus ingresos, y ciertos patrones socioculturales que impiden su plena integración.
También existen limitaciones de orden sociocultural, sobre todo cuando hablamos de la vida de pareja. Si consideramos que muchas mujeres tienden a recibir apoyo económico de su pareja masculina, o a tomar decisiones conjuntas, la autonomía económica de esas mujeres se acota. En vista de esta situación, y con el propósito de llegar a un estado de inclusión financiera ideal para las mujeres de México, es necesario replantear las divisiones de género que
suelen ocurrir en el trabajo y en el manejo del dinero. Para lograrlo, será muy importante llevar a cabo acciones en todos los ámbitos: familiar, organizacional y gubernamental.
Para poder cerrar muchas de las brechas históricas de desigualdad, es necesario que las mujeres puedan acceder a todas las formas de financiamiento, ahorro y crédito disponibles, y que las nuevas opciones y tecnologías también consideren las necesidades de las mujeres en los distintos contextos de México, para que de esta manera vivan con
autonomía y seguridad.
Cada vez más mujeres se incorporan a las actividades económicas, y se han hecho evidentes sus necesidades vinculadas con el manejo de sus finanzas. Así, la tasa de participación económica de las mujeres aumentó de 33.5 a 49.1% entre 2010 y 2020. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 35,219,141 hogares de
los cuales en el 33% las mujeres eran reconocidas como jefas. También, las mujeres emprendedoras son propietarias de un tercio (36.6%) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros (MIPYMES). Las instituciones tanto públicas como privadas han ido generando instrumentos tales como cuentas bancarias, seguros médicos y de vida, microcréditos, y financiamiento de proyectos productivos que se otorgan a las mujeres, con el objetivo de darles herramientas para salir adelante y promover su autonomía.
En el Grupo Financiero Multiva, estamos conscientes de las necesidades especiales de las mujeres, para lo cual desde 2020 diseñamos el Multifondo de la Mujer (MVJER). Es un fondo de deuda de corto plazo, sin monto mínimo de inversión, donde se puede participar desde una acción. MVJER está orientado a inversionistas pequeños, medianos y grandes, personas físicas, morales y morales no contribuyentes del ISR, considerando su nivel de complejidad o sofisticación, que buscan inversiones de riesgo bajo, en función de su objetivo, estrategia y calificación. El fondo permite tener liquidez diaria, semanal, catorcenal y mensual. Está diseñado para aquellas mujeres quienes se encargan del gasto
del hogar y puedan tener el dinero invertido en un fondo que les de rendimientos y permite flexibilidad de los retiros de acuerdo con sus necesidades.
Con énfasis en la seguridad de las inversiones, el fondo invierte preponderantemente en los instrumentos gubernamentales, bancarios y privados, al seleccionar principalmente valores con alta liquidez de corto plazo. La cartera se integra con una duración menor o igual a 1 año. El principal riesgo asumido por MVJER es el de mercado, el cual se define como la sensibilidad del valor de las inversiones y del portafolio en su conjunto. El rendimiento promedio a mediados de octubre de este año 2024 es de 10.19%, y de los últimos doce meses, de 10.45%.
Históricamente, diversas limitantes, que van desde el aspecto cultural hasta el económico, han impedido el acceso igualitario de las mujeres a productos y servicios financieros. El impulso de las nuevas tecnologías, así como la colaboración entre los sectores público y privado, pueden contribuir a que esta desigualdad se reduzca o, incluso, se erradique en el futuro cercano.
Referencias bibliográficas:
(1) Datos del Censo de Población y Vivienda 2010 y Censo de Población y Vivienda 2020.
(2) Datos de la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera 2023 (CONDUSEF en colaboración con INEGI).
(3) INEGI, Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Mujer, comunicado de prensa Num. 170/21, 2021.
(4) Gender and Diversity Sector Framework, Banco Interamericano de Desarrollo (2022).
(5) Grupo Financiero Multiva. Prospecto de colocación del fondo MVJER