Cómo las brechas de aprendizaje afectan el futuro de los estudiantes en México
Las brechas de aprendizaje pueden limitar las aspiraciones y el crecimiento de las y los estudiantes que no logran los conocimientos esperados.
Examinamos el impacto de estas diferencias y las medidas necesarias para superarlas.
Un estudiante puede asistir a la escuela sin alcanzar los conocimientos y desarrollar las habilidades necesarias para continuar sus estudios o tener éxito en el mercado laboral. Por ello, el logro de aprendizajes es uno de los retos principales que enfrentan las y los estudiantes para transitar por el sistema educativo y cumplir sus metas académicas y profesionales. En este sentido, las evaluaciones formativas y sumativas proporcionan referentes para identificarlos avances en los aprendizajes de las NNAJ y las áreas que requieren mayor focalización para la mejora.
En México, las evaluaciones de aprendizajes han sido diversas, algunas aplicadas de manera muestral o censal por dependencias nacionales e internacionales. La participación de México en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que mide la capacidad de las y los estudiantes de 15 años para aplicar conocimientos de lectura, matemáticas y ciencias a situaciones del mundo real, ha proporcionado una perspectiva adicional sobre la calidad educativa en el país. La evidencia ha mostrado que la disparidad en el rendimiento educativo global es abrumadora.
En la prueba PISA de 2018, la diferencia entre el número de países por encima y por debajo del promedio fue de más del doble:
- 20 países estuvieron por arriba del promedio
- 49 países, incluyendo México, estuvieron por debajo.
No sólo ha sido revelador que los países latinoamericanos estén por debajo del promedio global, sino también alarmante, porque en las últimas dos décadas no han mostrado avances.
Además, la evidencia sugiere que las deficiencias en aprendizaje son notorias desde la educación primaria y continúan, e inclusive, se intensifican hacia los grados escolares mayores.
Los resultados del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) publicado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO en 2019, muestran que, en promedio, uno de cada dos estudiantes latinoamericanos de 3º grado y tres de cada cuatro estudiantes de 6º grado no alcanzan el nivel mínimo de competencias en lectura, matemáticas y ciencias (UNESCO, 2021). Las evaluaciones nacionales de PLANEA, cuyo objetivo era medir los logros educativos de las y los estudiantes de distintos niveles en una muestra de escuelas públicas y particulares, concuerdan con las evaluaciones internacionales.
Esto significa que si la mayoría de la población estudiantil mexicana NO está logrando los aprendizajes esperados desde la primaria, aunque pasen de nivel escolar arrastrarán deficiencias que podrían ocasionar que abandonen su escuela al disminuir sus posibilidades de continuar sus estudios e, inclusive más tarde, de encontrar trabajos competitivos.
Si bien la evidencia sugiere que las diferencias en el desempeño educativo promedio entre países son grandes, las brechas que separan a estudiantes con desempeño más alto y más bajo dentro de cualquier país son aún mayores. Esto se debe a que, el bajo desempeño educativo que muestran los estudiantes es también reflejo de las condiciones estructurales en las que sucede el aprendizaje.
Las diferencias socioeconómicas, de género, interculturales, y relacionadas con las barreras para el aprendizaje y la participación (BAP) repercuten en el acceso, tránsito y permanencia de las y los estudiantes, y hacen el aprendizaje profundamente desigual.

Los resultados de PISA 2018 han revelado que el nivel socioeconómico de las y losestudiantes es un fuerte predictor de su rendimiento. Por ejemplo, los estudiantes mexicanos aventajados superaron a los más desaventajados por 81 puntos en lectura. Sin embargo, también hubo estudiantes desaventajados (11%) que lograron ubicarse en el mejor rendimiento, lo que demuestra que origen no implica necesariamente destino. Lo interesante sería saber qué diferencias existen entre estos y otros estudiantes cuyos resultados sean menores para aprender de sus experiencias y replicarlas para otros estudiantes.
En cuestión de brechas por género, las diferencias dependen de la asignatura. Las mujeres son las que han mostrado puntajes mayores en lectura (ERCE 2019 y PISA 2018). Sin embargo, en ciencias los resultados han sido distintos dependiendo del nivel escolar:
- En primaria las niñas obtuvieron mayores puntajes (12 puntos más que los varones en ERCE 2019)
- Al finalizar la secundaria los chicos han reportado mayores puntajes (9 puntos más que las mujeres en PISA 2018).
- En matemáticas, en primaria no se han revelado diferencias significativas entre mujeres y hombres, pero al finalizar la secundaria los varones obtuvieron, en promedio, 12 puntos más que las mujeres en PISA 2018.
Además, si bien no se han detectado diferencias de género en el desempeño de estudiantes en matemáticas desde preescolar hasta tercer grado de primaria, las diferencias se han evidenciado a partir de cuarto grado de primaria (Garduño y Reyes, 2022).
Las brechas de aprendizaje pueden limitar las aspiraciones y el crecimiento personal de las y los estudiantes que no logran los conocimientos esperados.
La base para que una persona sea capaz de transformar su realidad, comienza con comprender y reconocer su contexto. Contar con bases sólidas de lectoescritura y razonamiento matemático es indispensable para que las NNAJ desarrollen un pensamiento crítico y creativo, naveguen el vasto mundo de información actual para discernir entre hechos y opiniones, identifiquen y prioricen problemáticas a atender, y generen soluciones a los desafíos que enfrenten en sus comunidades. Sin estas bases, difícilmente tendremos una ciudadanía educada capaz de participar activa y críticamente en las decisiones de sus comunidades.